Preguntas convenientes para aquellos que acompañamos procesos de cambio

– ¿Qué podía yo enseñar sin antes aumentar mi tamaño junto a otros bajo una lupa implacable que me mostrara los aciertos, pero también las imperfecciones y las acciones desatinadas?

– ¿Qué hubiera sido de mi carrera si por seguir a los que callan, no me hubiera encontrado con personas dispuestas a decir con su ejemplo aquello que me dejaba congelada, pero no veía?

– ¿Cuándo hubiera cesado ese malestar frecuente si no hubiera podido traducir en un lenguaje comprensible para mí aquellos pensamientos y sensaciones tan incómodos que no conseguía descifrar cada vez que me enfrentaba a una situación que creía que me sobrepasaba?

– ¿Cuál hubiera sido el destino de alguno de los equipos con los que trabajé que decían que no necesitaban ayuda – empujándome hacia afuera de la organización – si les hubiese creído?

Ya hace 13 años que vengo practicando coaching y consultoría en procesos de cambio organizacional de forma independiente y 10 como empleada. Fueron pocas las situaciones en las que me encontré diseñando intervenciones en las que coincidieran la teoría con la realidad.

A veces, esto me ha producido percibir, sentir y pensar que algo de lo que hacía podía perjudicar mi trabajo; que a veces – tanto mis clientes como yo – nos encontrábamos repitiendo comportamientos que lejos de colaborar con el crecimiento profesional, lo detenían. Que las presiones organizacionales me habían hecho recorrer laberintos por los que el tiempo transcurre más rápido que la posibilidad humana de encontrar una salida.

Pero el camino de reflexión y aprendizaje elegido, la aceptación de la verdad incómoda proveniente de colegas que también habían elegido un camino de ‘re-flexión’ – volver a flexionar, encontrar flexibilidad donde antes no la había – fue de vital importancia para continuar con el trabajo como consultora, coach, docente y entrenadora en procesos de cambio organizacional.

El programa Practitioner Certificate in Consulting and Change (P3C) se focaliza sobre aquellas cuestiones en las que la consultoría, como un arte manifestado por seres humanos, lejos de encontrar frecuentemente aquello que saldrá bien, busca artilugios para encontrar sentido y significado sobre aquello que permanece invisible.

En el P3C, con las metodologías del Tavistock, aprendí que un sistema refleja lo que sucede en otro subsistema, y que lo que pasaba afuera también decía algo de mi y de la organización que me había contratado.

Si deseas profundizar tu comprensión de la práctica de consultoría, desarrollar tu competencia y experiencia, y conocer a un grupo de personas que pueden convertirse en tu propia comunidad de apoyo, únete a nosotros en P3C 2018.